Hoy, en un mundo en constante diversificación, el aula es el lugar donde los estudiantes a menudo se exponen por primera vez a personas que provienen de una variedad de orígenes diferentes, tienen creencias diferentes y tienen capacidades únicas. Para tomar en cuenta estas diferencias y ayudar a poner a todos los estudiantes en igualdad para tener éxito, el aprendizaje social y emocional (SEL) tiene como objetivo ayudar a los estudiantes, tanto niños como adultos, a comprender mejor sus pensamientos y emociones, a ser más conscientes de sí mismos y a desarrollar más empatía por los demás dentro de su comunidad y el mundo que los rodea.
También les ayuda a construir mejores relaciones y habilidades interpersonales que les servirán en la escuela y más allá, ayudándoles a tener éxito como adultos. Un beneficio emergente de la instrucción explicita de SEL es que desarrolla la inteligencia emocional y la agilidad, algo que las empresas y la industria están comenzando a nombrar entre las habilidades laborales más deseadas.
Al desarrollar estas cualidades en el aula, podemos ayudar a los estudiantes a convertirse en ciudadanos mejores, más productivos, conscientes de sí mismos y socialmente conscientes fuera del aula en los años venideros.
Al incorporar el SEL en la instrucción, la práctica y el plan de estudios escolar, podemos ayudar a nuestros jóvenes a navegar mejor por las difíciles circunstancias que enfrentarán a lo largo de sus vidas. Podemos ayudarlos a prosperar, incluso en medio de una pandemia mundial sin precedentes.
Tanto para su bienestar como para sus oportunidades económicas futuras, SEL es poder.